miércoles, 4 de junio de 2008

Mañana, tal vez.

La rotunda mudez de la noche a veces logra perturbarme. Reviso cada puerta, cada ventana, todo debe estar perfectamente cerrado. Apago las luces, una por una, y me fijo que el gas este cerrado también.
Antes de caminar por el frío pasillo hacia mi habitación, doy un último vistazo a cada cuarto en la casa. El silencio me abruma al fin sin piedad, y ese vacío en el hogar despierta en mí una profunda nostalgia…
Me pregunto si esta soledad de alguna manera es mi castigo…y la verdad es que temo descubrir que es así… no porque le tema al hecho en si mismo de estar sola, sino porque lo que él me dijo alguna vez, se habrá cumplido... y no quisiera admitir que me ha ganado, pues tenía razón… ¿Aunque que demonios importa ya?... ni siquiera debe recordarme… y yo debería dejar de hacerlo.

Entro en mi cuarto y enciendo el velador…es triste descubrir que el vacío del hogar, se encuentra también instalado en mi pecho... invadiendome como una sombra cruel.
Miro la repisa que cuelga en la pared. Fotografías de mi familia y amigos, de tiempos tan remotos que parecen ajenos a mi historia actual. Me veía feliz... Despreocupada… que tonta que soy.
Programo la alarma a las 6.15 a.m., como todos los días. Enciendo el televisor, y lo dejo sin volumen… es un intento, algo absurdo en realidad, de sentirme un poquito acompañada, de sentirme un poquito menos sola.
Una vez en lo oscuro, entre mis sabanas y almohadones empiezo a recordar, que soy la dueña y señora de mi vida… que yo fui quien la eligió así.
Tal vez sea hora de cambiar un poco mi vida… y reconocer que al fin y al cabo sí me equivoque… no es tarde para que pida disculpas a quienes tenga que darlas, ni para que busque nuevos caminos que recorrer y nuevas personas por conocer. Es mejor que cambie esta maldita manía de hacer como si nada ni nadie me importara, y que puedo hacer todo sin ayuda de nadie.
Seguramente mañana será un día mejor. Mañana tomaré una dirección distinta… mañana me permitiré cambiar, para ver si así encuentro eso que llaman felicidad, y que tanto quiere todo el mundo. Dudo mucho acerca de la existencia de algo tan ideal, de algo tan perfecto… pero tanto hablan de ella, que vale la pena averiguarlo. De todas formas lo haré, mañana…

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